miércoles, 3 de abril de 2019

Van a llover ruinas


Fuegos crujen en cada respirar. El inmenso silencio se convierte en río tortuoso, el asfalto se hace ciénaga, un hongo gigante se arma con los latidos.
Algo va a explotar, algo va a cambiar. No hay manera de seguir si no es ardiendo, hay tumultos de novedades inciertas, la nube se pone densa, intensa, van a llover ruinas…
Frecuente inmensidad tan sin sentido
Vamos vanos a ser otros
Pasado mustio, quemado
La vida no debe ser este paso mal dado

jueves, 7 de marzo de 2019

Yo tendría que haber seguido a esa chica de ojos azules

Quien no lee es del Pro
(algunos apuntes que acabo de corregir al mediodía del 2 de marzo)
De los libres nacen las buenas causas. Pero son tantos los sometidos por el interés, el dinero, que si fuera verdad que existe un futuro, lo que viene lo dejan hecho trapo. Hay tantos tan sometidos y se hacen los distraídos! Algunos son esclavos por un salario! O por las migas repiten lo del amo, son criaturas que pasan frío en la noche aunque sea verano. Hay solución, pero es gente que prefiere no enterarse. Su jefe puede robar, amedrentar, estafar, pero ellos dicen vamos para adelante que tengo que hacer el guiso de mi vida sinsentido. De tal que es una sociedad sin sentido, no se asocia, individualista, agonizante de latidos falsos. A los que tienen los bolsillos abiertos para lo que sea, a veces se le traba la lengua y no les gritan a los rufianes que son rufianes. Los que quedamos al margen somos felices. Somos solos porque nunca fuimos cómplices. Pero hay quienes entregan una libra de carne para subsistir. José Martí decía que a los pueblos los engrandecen los habitantes con pensamientos independientes. Pero acá los restos de pan vuelan todo el tiempo y allá van los dependientes sin decoro y con la boca abierta.
Gente de cartón que ni los sufridos cartoneros deberían levantar.
Nunca viví tan estafado. Por el gobierno, por mi club, por los gremialistas, hasta por algunos conocidos que protestan apenas le dan la copa pero siguen dándoles tributos a este sistema que ahora ha enloquecido. Hay gente que se cree rey por un cargo, pero el problema no es ese, con un poquito de poder siguen con el guiño hacia la izquierda pero doblan a la derecha. Hay gente complicada que nos rodea y no se trata sólo de este gobierno paleolítico. Hay gente que de repente tiene un golpe de suerte y no te saluda más, hay gente que se olvida de su gente porque dejaron lustrarse las heroicas imperfecciones del ayer.
Pero finalmente no importa lo que hagan. Acá andamos breves. Acá es ver una mirada, ese pibe nuestro que nos llama, el alba en llamas y no muchos más.
Pido perdón pero me dan náuseas los que tranzan, los conversos, los que se juran torcidos aunque después se llamen derechos y humanos.
¿Quién va a leer lo siguiente? La gente no lee y menos los miserables. De todas maneras tengo las manos atadas hace rato, de tanto tener encima el mundo al revés se me han puesto mustias las falanges. Hay muchos que no quieren que les saquen los auriculares. La vida aturdida, los libros ausentes, sexo por celular, voy a casa temprano.
No nos conocemos más. Cuando alguien me mira de verdad a los ojos tengo la tentación de invitarlo a convivir. El tiempo sobra pero casi siempre va a parar al cesto. El sueño es la gloria imposible, pero para qué nos despertamos si a tan disparatado orbe nada le vamos a aportar nada.
Quiero cerrar con el amor. Vamos a amar que amar cierra todo. Pero no es sencillo. Si yo todavía vivo encantado de una chica de ojo azules que me miró. Y ya sé que no la veré jamás. Mi ejemplo es pésimo, como siempre. Yo tendría que haber seguido a esa chica de ojos azules, y no lo hice. Cuando sucede el encanto, aún sea en el ascensor, en la calle, en el trolebús, no lo dejes pasar, quizás….la vida no sea tan tonta.

viernes, 18 de enero de 2019

Derrame azul



No pudo ser tanto derrame de brutal azul en tus ojos. Fugaz como en mis mejores sueños, te vi pasar y nada podía hacer porque yo era aire y vos verdad. De repente hay simulaciones de la felicidad que se nos acercan, pero la nada es insistente y desvanece todo. Hoy la dicha es fantasma y entonces inventa consuelos. Ella parecía de esmalte, de un cuento, íbamos y veníamos en segundos lentos diciéndonos sin decir, que lo maravilloso no es de este mundo, que gozar ocupa un segundo y que el resto no pasa viendo derrames azules.

martes, 8 de enero de 2019

Mundo cloaca


No quiero que me toquen. Nadie, ni los periodistas que dicen que son –pobre Walsh- todos bien bañaditos de ego y boludez. Haber sido inmigrante como mi abuelo y haberlo roto todo, anarquista, tan obligado individualista, morir llevándonos un par de gorras, o fraudulentos u oligarcas, lo que sea que tapa el caño de nuestra eterna cloaca. Pero acá estoy, bendito, maniatado, echado, con la ración justa para que no chiste, pero yo voy a seguir chistando y gritando que este mundo es una reverenda mierda y que este país se le parece demasiado. Nos cuidamos todo el tiempo el culo y nos lo hacen repetidas veces en el día. Y tan fácilmente... Somos boludos consuetudinarios y vamos a morir sin ninguna necesidad de lápida. Millones rumbo al vacío de la nada y sin reaccionar. El masoquismo de andar envalentonados mientras nos mostramos como la presa fija, al venado que apunta sencillo el capataz, el patrón, insistiendo con la esclavitud de hacerle engordar el ganado.
Deberíamos estar ardiendo y estamos durmiendo. No vamos a tener ni para taparnos en las noches de invierno.

sábado, 5 de enero de 2019

Entre tumbas


Ahora dicen que ya no es la hora del amor. Los medios medios malditos cuentan que se acabó la ternura, que hay que follar, folla follar y a otra cosa, a la cosa, a la nada , al hambre, a la esclavitud moderna, extemporánea, contemporánea, de parados, de costado, a la una y a las dos, rapidito y sin limpiarnos que hay que ver el celu , el celu gobierna hoy, bendito capitalismo que siempre tiene el as de espada del mazo. Besarnos hasta la selfie, que todos sepan que estamos vacíos aunque los otros anden corriendo con el teléfono metido buscando en vano la última neurona. Desechos con amor basura vamos que vamos que votamos la indigencia y andamos en bicicleta y nos emponderamos de tortura. Vivir así no es vivir, menos mal que es verano, los cuerpos se amagan, transpiran, rozarnos quizás, mirarnos de más, parecemos prepararnos a volar.
De todas maneras a veces como esta noche la vida me arde y yo no sé qué hacer entre tantas tumbas.

lunes, 8 de octubre de 2018

Somos muy cobardes, Ernesto


No quería, Ernesto, contarte este mundo. Tanda idiotez consumada, cómo explicarte. Tu combate, dejar tanto la piel, y ahora es ese aparato de TV. Que no estaba prendido cuando vos estabas. Qué felicidad era la realidad. Pelear de frente, besar de frente, hablar en la cara. Hoy nos iríamos tantos a la selva, a dónde sea, pero no está tu voz, comandante. No hay quién nos diga la revolución, somos muy pelotudos, somos cobardes, nos arde el culo por echar a Macri a patadas, pero nos conformamos con palabras, machirulo, vendepatria y no pasa nada…
Te soñé soñando tu final e hice un libro. Que quede constancia en mi tenue vida que fuiste mi guía. Hoy, Che Guevara, andamos de vuelta en insomnios. Vamos armándonos entre sueños para destruir la derrota

jueves, 20 de septiembre de 2018

Ella se encogió

Un escándalo su mirada, pero su fuego fue el lengüetazo que muere rápido bajo las mantas. Lo sabía. El amor se me configura en ráfagas apenas audibles y se va. La soñé después: los mejores momentos de la vida pasan dormidos. Yo la seguía derrotado pero aún así ella se detenía, y en el descarado guión de los sueños, por mí hasta arrancaba una silla con violencia de un bar para que conversáramos. Conmocionado le iba a balbucear un poema pero de golpe no vi más esos rabiosos y velados ojos. Me contentaba con su rodete rubio, su fina nuca como sendero amoroso. Pero ella empezaba a atender su teléfono y hablaba en voz baja y miraba encandilada hacia bajo y se iba encogiendo y yo le quería decir algo pero nadie me oía: la escena se hacía gigantesca yo gritando sin que me escuchen. Y ella ya nada en una silla vacía.
No dejamos nunca de ser breves